La impotencia psíquica es el motivo de consulta más frecuente al psicoanalista después de las múltiples formas de la angustia.
La impotencia psíquica se manifiesta en que los órganos genitales rehúsan a colaborar en el acto sexual, a pesar de que antes y después del mismo se encuentran intactos y que en el sujeto hay una inclinación psíquica a realizar el acto sexual.
El paciente se da cuenta de que la naturaleza del problema es psíquica porque el fallo se produce unas veces sí y otras no, con una persona sí y con otras no. El paciente relata la disminución de su potencia viril en relación a las características del objeto sexual y, en ocasiones, indica que ha advertido en su interior una especie de obstáculo al acto, una especie de voluntad contraria que se oponía a su intención consciente de realizar el acto sexual. Pero desconoce en qué consiste ese obstáculo o cuál es la cualidad del objeto sexual que lo provoca.