La despersonalización es un síntoma en la psicosis y en la neurosis. Consiste en una disociación por la que la persona percibe como extraños su propio cuerpo, su ambiente o sus pensamientos. A menudo las personas lo describen como si se encontraran dentro de un sueño, como si se tratase de algo irreal. Pero saben que no es real lo que están viviendo.
La persona que lo vive puede pensar que se está volviendo loca o que está a punto de deprimirse o de comenzar un trastorno grave.
Puede durar unos minutos o extenderse en el tiempo, Para la mayoría de las personas los síntomas son leves y duran poco tiempo. Para otras pueden prolongarse en el tiempo y afectar a su vida diaria.
Todo el mundo vive esta disociación alguna vez en su vida. Es una disociación primordial del ser humano. Sabemos que el aparato psíquico está dividido en una parte inconsciente y una parte consciente y que los mismos mecanismos que llevan a la salud llevan a la enfermedad. Porque la diferencia entre salud y enfermedad es una diferencia de cantidad. Y esa disociación primordial se produjo cuando se constituyó nuestro psiquismo y se repite muchas más veces en la vida.
Menassa recoge en su libro “Freud y Lacan Hablados 5”, que Fairbain decía que el establecimiento de esta esquizofrenia primordial ocurría cuando el niño iba a la escuela primaria, o bien cuando iba al servicio militar, u ocurría cuando se casaba, y si no le pasaba en ninguna de esas coyunturas y lo poníamos en un bote en el océano Pacífico con olas de hasta 30 metros, el sujeto se ponía esquizofrénico ¿Por qué? Porque la enfermedad básica del ser humano es esa división de la personalidad. Para el psiquiatra argentinoPichonRiviére, la enfermedad básica del ser humano era la depresiónporque para no encontrarse con la ambivalencia hacia los objetos amorosos el sujeto se disocia o maneja de alguna manera sus objetos para producir una fobia, una histeria o una paranoia.
Para Freud el trauma psíquico es el hecho de ser hablantes, de provenir de padre y madre, de ser sujetos sexuados y por lo tanto mortales. Cómo se posiciona cada persona frente a este trauma universal es el Complejo de Edipo.
Según Freud la división del Yo del sujeto se produce como un proceso de defensa frente a una situación de presión cuando el Yo del niño se halla frente a una exigencia pulsional poderosa que está acostumbrado a satisfacer y súbitamente es asustado por una experiencia que le enseña que la continuación de esta satisfacción traerá consigo un peligro real casi intolerable (hablaremos en un próximo artículo de la “amenaza de castración en psicoanálisis”).Hay un conflicto entre la exigencia pulsional y la prohibición por parte de la realidad. Pero en la práctica el niño toma los dos caminos simultáneamente generando una solución que suma las dos reacciones contrapuestas: el resultado habitual es que el niño acepta la amenaza y obedece a la prohibición, al menos en parte. Y abandona en parte la satisfacción pulsional. Puede aceptar la prohibición y a la vez rechazar la realidad, que es lo que sucede en la psicosis. O puede aceptar la prohibición y a la vez negar la realidad como sucede en la neurosis.
La despersonalización o desrealización puede pasar muchas veces en la vida como también pasamos muchas veces en la vida por el Complejo de Edipo (cada vez que tomamos una decisión importante, cada vez que se ponen en cuestionamiento nuestros significantes). Lo que va a diferenciar a unas personas de otras es cómo se posicionan frente a la aceptación de la diferencia sexual. De este modo, la angustia, la tristeza, el dolor, condimentos normales de toda vida interesante, de todo momento de creación, llevan en ocasiones a la mutilación, a la enfermedad, a la muerte.
Cada paciente en su psicoanálisis personal tendrá que realizar el trabajo de autoconocerse y autotransformarse.
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