Toda pérdida implica realizar un duelo para poder separarse de la persona desaparecida con la que se tenía una importante relación, recuerdos compartidos, sueños en común, intereses y actividades conjuntos, o lazos afectivos importantes.
La dramática situación actual por la pandemia de COVID-19 ha incluido situaciones excepcionales que han llevado a reducir y hasta eliminar el acompañamiento social y los rituales habituales que contribuyen a realizar una despedida de la persona fallecida y un duelo normalizado.
La situación imprevista, la incredulidad, la sensación de injusticia, la desesperación, la locura por no entender, la desilusión, la desgana, la rabia, la impotencia, la apatía, e incluso a veces, las ganas de morir son síntomas de que no se está superando dicha pérdida y que probablemente se está desarrollando una enfermedad por depresión o melancolía.
Los conflictos irresueltos con esa persona, las conversaciones pendientes, la culpa inconsciente por no haber podido ayudar o no haber hecho lo suficiente, una vez iniciado el bucle de la depresión en la mente, pueden arrastrar al enfermo hasta la autodestrucción y el tormento personal.
La angustia asociada a la situación traumática también lleva a algunas personas a padecer palpitaciones, sensación de ahogo, opresión en el pecho, sensación de nudo en la garganta o en el estómago, cefaleas, sequedad en la boca, disminución del rendimiento, aumento del consumo de tabaco, alcohol, etc.
En este artículo vamos a tratar de aportar algunas pautas para superar el dolor de la separación y la pérdida de un familiar o ser querido por COVID-19, sabiendo que si te encuentras en una situación patológica es necesario iniciar un tratamiento especializado:
- No seas tan duro contigo mismo, preguntas del tipo “y si hubiera” y la búsqueda de “porqués” pueden llevarte a una búsqueda de autocastigo sin fin. Mejor hablar con un psicoanalista que te ayude a psicoanalizar y elaborar la culpa.
- Trabaja con paciencia y con constancia en tu propio estado de salud y superación personal de la situación.
- Respeta tu espacio y tu tiempo personal, pero permite que otras personas puedan ayudarte porque solo no se puede nada. Deja que te cuiden en la medida de lo posible.
- Piensa que esta es una situación excepcional y que más adelante podrás realizar una ceremonia apropiada para despedir a tu familiar como se merece.
- Leer poesía permite no solo distraerse sino también descubrir nuevos pensamientos acerca de los sentimientos humanos.
- Retoma tu trabajo, estudio y actividades cotidianas cuanto antes. Al principio puede resultar doloroso, pero eso te ayudará a recuperar tu normalidad.
- Realizar actividades creativas, dibuja, escribe, pinta, baila, canta, haz manualidades, cocina, ten tu atención entretenida.
- Date el tiempo necesario para que el proceso de duelo vaya avanzando, a veces se dan pasos para adelante y otras veces pasos para atrás, no te rindas y se persistente en el camino hacia tu salud.
- Hay personas que te quieren y te necesitan, mantén tu relación con ellos, déjate querer.
- Cuídate físicamente: come bien, hidrátate, haz ejercicio, duerme el número de horas necesario, intenta mantener tus horarios habituales y tómate tiempos de descanso y de distracción.
- No te abandones: dúchate, cámbiate de ropa, mantén un buen aspecto.
- Toma el aire y el sol un poco siempre que sea posible.
- Mantente conectado con tus redes sociales.
- Para las emociones de tristeza, soledad, enfado, culpa, habla con un psicoanalista que puede brindarte una escucha especializada ya sabe lo que te está pasando, aunque no te diga nada, y eso te permitirá elaborar psíquicamente tu nueva realidad.
Si ya han pasado unos meses y todavía no has conseguido recuperarte o sientes que cada vez estás peor te recomendamos comenzar un tratamiento psicoanalítico.
Hablar con un psicoanalista va a hacer menos doloroso el proceso de despedida, la sensación de injusticia y el malestar asociado al día a día.
Si quieres que te ayude personalmente, puedes contactar conmigo a través de mi página web www.virginiavaldominos.com. Llevo casi 20 años cuidando la salud mental de la población y estaré encantada de atenderte.