Divorciarse supone separarse de una persona con la que se ha estado casado durante un tiempo y en la que se habían puesto ilusiones, planes de futuro, energía, tiempo, proyectos, actividades (la casa en común, la hipoteca, los hijos, las mascotas, el grupo de amigos, las actividades en el fin de semana, las vacaciones, las comidas familiares, etc, etc). Pero una cosa es separarse físicamente de esa persona (ya no vivís juntos) y otra bien distinta es separarse psíquicamente o emocionalmente de ella. Hay parejas que, aunque se divorcian, siguen unidas por medio de la discusión y el odio durante muchos años incluso más de los que han estado casados. En realidad, esa es una forma de no separarse, y de seguir unidos por el sentimiento opuesto al del amor, el odio, que al fin y al cabo, es el polo opuesto de un mismo par antitético. En otros casos, aunque se separan les resulta imposible volver a rehacer sus vidas y viven permanentemente con la sensación de pérdida irreparable.
Para poder separarse saludablemente del partenaire se produce un proceso duelo que es un proceso psicológico inconsciente por el que la energía que estaba puesta en esa persona y en los proyectos y actividades que realizabas con ella, ahora debe ser retirada de ahí, recuperada para ti, y buscar un nuevo objeto, persona o actividad en la que emplear ahora tu energía y vitalidad. Es lo que se llama SUSTITUIR, que es un mecanismo psíquico muy saludable.
Lo que sería un proceso normal de duelo, a veces se complica, porque a veces uno no quiere separarse de su pareja, o queriendo, no puede hacerlo efectivamente, acepta que es así, que no puede ser de otra manera, pero en su fuero interior, le duele, sigue mirando atrás, añora su vida pasada, cómo era la vida con él o ella, fantasea silenciosamente que vuelven a estar juntos, o recuerda momentos que han quedado fijados en su memoria, a la vez que siente odio y dolor por la frustración de todas estas situaciones y anhelos. Esta actitud o posición puede llegar a ser muy dañina, impedir que se desarrolle correctamente una sustitución saludable y llevar al divorciado, sin darse cuenta, al desarrollo de una enfermedad.
La melancolía o depresión por divorcio es una enfermedad que implica un no poder separarse definitivamente de la persona amada, especialmente cuando es un divorcio no deseado, traumático o que se produce después de muchos años juntos. La melancolía se produce por un mecanismo psíquico inconsciente por el que, en vez de aceptar la realidad de la separación, el enfermo se identifica con la ex-pareja amada y también odiada porque lo ha abandonado, y en esa identificación, el enfermo se castiga a sí mismo como si castigase al objeto perdido.
La depresión se caracteriza por un estado de ánimo profundamente doloroso, la pérdida de la capacidad de amar, una inhibición de todas las funciones (sexual, alimenticia, locomotora, capacidad de trabajar) y especialmente, y este es el síntoma que la diferencia del duelo, una disminución del amor propio, lo que se traduce en reproches y acusaciones que se hace el enfermo que pueden llevarle incluso a una espera delirante de castigo (se culpa por el divorcio, insiste a su pareja en volver, se hace maltratar por el ex, no le interesa nada de la realidad que tenga que ver con él o ella, y hasta puede llegar a pensar en suicidarse).
Estos casos pueden llegar a ser muy graves y afectar mucho a la salud, no solo mental del enfermo, si no también física (por mediación del sistema inmunológico que está muy conectado con las emociones), familiar (sobre todo cuando hay hijos de por medio) y laboral (por la apatía, la falta de motivación y la inhibición de la capacidad para trabajar). Conduciendo a la persona por un camino autodestructivo que no puede terminar bien.
Si estás atravesando por un proceso de divorcio, te recomendamos comenzar un tratamiento psicoanalítico para asimilar la nueva situación, superar el divorcio y volver a ser feliz lo antes posible, salvando los obstáculos y dificultades psíquicos y emocionales que vayas encontrando en el camino, con la ayuda de un profesional que te irá orientando en cada sesión.
En nuestro gabinete ofrecemos una atención psicológica especializada para superar una separación o divorcio, estés donde estés. Si deseas que te ayude personalmente, deja tu mensaje y contactaremos contigo lo antes posible.
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