Llegar a pensar que todos necesitamos un psicoanalista es transformar la ideología dominante hoy en día de que las enfermedades mentales se curan con pastillas.
La ansiedad, el estrés, la depresión, los trastornos funcionales, las enfermedades en el cuerpo, las obsesiones, el TOC, los problemas de pareja, los problemas de comportamiento en los niños, el sufrimiento infantil, la soledad de los mayores, etc. requieren de un psicoanálisis.
La venta de pastillas, un negocio muy lucrativo para los laboratorios, mantiene a los enfermos en una situación crónica de sufrimiento, sin cambiar en nada la realidad psíquica ni objetiva del paciente. En cambio, el psicoanálisis, es un instrumento que ayuda a las personas a descubrirse, a conocerse mejor, a alimentar su vida anímica, que está hecha de palabras, y acercarse paulatinamente a la construcción de una vida y unas relaciones sanas.
El trabajo que nos propone el psicoanálisis es un trabajo sobre uno mismo, por medio del cual, además, uno puede discernir y separar sus propias problemáticas de las de su pareja, sus amigos, sus padres, sus hijos, que la mayoría de las veces se encuentran confundidas embarrando las vidas de las personas y complicando aún más las situaciones con psicofármacos ineficaces para resolver cuestiones tan complejas y tan inconscientemente enraizadas.
Sólo un psicoanálisis nos permite empezar a tirar del hilo, para desenrollar la madeja psíquica y poder construir soluciones efectivas y reales a las patologías que se tejen en las vidas de las personas más allá de su propio control.
Si quieres saber cómo puede ayudarte el psicoanálisis en tu caso, puedes contactar conmigo en a través del siguiente formulario y te responderé lo antes posible.
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