Bienvenidos a esta nueva oportunidad de hablar de lo psíquico y de nuestra salud mental. Habría que comenzar por romper prejuicios sobre la Salud Mental, ideas erróneas que existen acerca de la mente, acerca de lo psíquico. Se tiene asociado el concepto de Salud Mental al padecimiento de graves enfermedades y no siempre es así.
La Salud Mental es algo que hay que producir es algo que hay que cuidar igual que la salud física, igual que un cuerpo ejercitado, un cuerpo sano también requiere de un cuidado, lo mismo la Salud Mental, requiere de un ejercicio, de un cuidado. No es algo que se ejercite ni se cuide por sí solo, sin trabajo, sino que hace falta realizar un trabajo.
Entonces, cuando uno se plantea los nuevos propósitos del año se hace propuestas que generalmente después abandona. Que empieza con mucho ímpetu pero que después abandona. Tiene que ver con que no están fundamentadas en la realización de un trabajo. Más que propósitos deberían ser proyectos. Proyecto que no solamente incluye la intencionalidad, el decir que uno quiere algo, sino que el proyecto incluye la realidad, incluye el deseo, porque cuando hablamos de deseos el deseo es algo que se produce con un trabajo, es algo que incluye a los otros, es algo que incluye lo social, que incluye lo real, es algo más complejo que una simple propuesta o algo que uno se propone y que no encuentra contrapartida en la realidad para sostenerlo.
Lo que me gustaría transmitirles es esta cuestión de que hay que diferenciar entre lo que es la realidad psíquica y la realidad material. Nosotros somos materialistas como como psicoanalistas freuidianos, lacanianos, menasianos que somos. Somos materialistas, es decir, que algo si no tiene correspondencia en lo material, en la realidad, no existe. Puede ser incluso algo propio de una cabecita trastornada, pero eso no es el hombre.
Un hombre, una mujer son sujetos que están en lo social. No olvidemos que Freud dice que no se puede hablar de un sujeto psíquico si no es un sujeto social. Es una persona encerrada en sí misma, encerrada en su mundo, encerrada en su neurosis o en su fantasía, no puede ser un hombre o una mujer, tiene que abrirse al mundo primero y actuar en él. Aceptar el mundo, aceptar la realidad y actuar en la realidad, eso es una persona sana, la que acepta la realidad y la transforma o se transforma para vivir mejor en esa realidad.
Ya estamos aquí de vuelta después de las vacaciones de Navidad y se presenta un nuevo año muy interesante, muy emocionante, con muchos proyectos de trabajo. Dentro de este marco, de este gran proyecto que es Grupo Cero, con muchas posibilidades de crecimiento para todos ustedes, para todas las personas que os movéis en ese espectro, en esta gran onda expansiva que es el movimiento científico cultural Grupo Cero, que nos permite crecer a todos y, ¿cómo nos permite crecer?, a través del psicoanálisis y de la transformación personal, la transformación de la posición psíquica, de la estructura psíquica.
Un amigo me decía que sin psicoanálisis una persona no puede transformar su neurosis, no puede transformar su posición psíquica y, es cierto, es verdad, no es algo que se transforme estudiando. Estudiando uno puede construir un abogado, un médico, un psicólogo, un ingeniero, eso se construye mediante el estudio, pero el sujeto psíquico sigue siendo el mismo, no hay transformación de la posición psíquica o la estructura psíquica, es decir, que si uno tiene una tendencia exagerada a la obsesión, una tendencia exagerada a la histeria, a la enfermedad psicosomática, a la fobia a los demás. Por mucha medicina que estudies si eres fóbico a los otros, no puedes atender pacientes.
¿Entienden? Es una cuestión la estructura psíquica. La posición psíquica, el aparato psíquico es algo que solamente se transforma realizando un trabajo psíquico y eso se llama psicoanalizarse.
El descubrimiento del inconsciente es uno de los dos grandes descubrimientos de los dos últimos siglos. Es tan importante ese descubrimiento para el futuro, que todavía no ha sido aceptado, que todavía estamos en un momento donde el oficialismo científico se encuentra en una fase precientífica con respecto a la ciencia de lo psíquico que ya acepta el concepto inconsciente, que ya incorpora el concepto de inconsciente y que ya sabemos que no somos sujetos racionales, ni somos sujetos lógicos, sino que el inconsciente tiene otra lógica, que el inconsciente tiene otra forma de funcionar, que conocemos gracias a los estudios de Sigmund Freud y todos los estudiosos del psicoanálisis que han continuado la obra de Freud, en concreto Jacques Lacan, Miguel Oscar Menasa y todos los que seguimos ese camino de nuestra propia formación como psicoanalistas y también en la difusión del psicoanálisis para que el psicoanálisis llegue a todos ustedes tal y como es, y no esas desviaciones que se han ido haciendo del psicoanálisis por no aceptar algunos conceptos fundamentales que el psicoanálisis ha formulado sobre cómo funcionan los psíquico.
Porque uno no puede decidir: a mí me gustan estos conceptos, a mí no me gustan estos otros conceptos. Entonces, yo hago un remix, me quedo con lo que me gusta y esto es la ciencia que yo llamo x y digo que Freud está superado. No es así. Si no sabes matemáticas, o sea, si no estudias matemáticas no puedes superar las matemáticas. Si no estudias a Einstein, no puedes superar a Einstein. Además, no se trata de superar, se trata de aprender y transformarse según ese nuevo descubrimiento científico que es tan importante y que lo transforma todo, porque todo lo que toca el psicoanálisis lo transforma y, es cierto, toda persona que es tocada por el psicoanálisis, que comienza un psicoanálisis, que empieza a hablar, se va a ver transformada y lo que obtiene en su vida va a ser diferente. Lo que la vida le da, va a ser diferente porque va cambiando su posición psíquica frente a la realidad.
El psicoanálisis transforma los propósitos en realidades, en proyectos, en actos. No se trata de prometer sino de hacer. Eso te lo da la salud psíquica, eso te lo da una posición en el mundo aceptando la realidad y transformándola. Tampoco hay que ser ni un superhéroe, ni una súper mujer, es en la vida de cada uno, ir aceptando, ir limpiando el alma digamos, limpiando la mente, lavando la mente de represiones innecesarias, de censuras exageradas. Y esa energía que se va liberando es la misma que se pone en los proyectos sociales, en la misma que se pone en la realidad. Es energía sexual que en muchos casos está infrautilizada, desperdiciada.
Comienza un nuevo año y para que algo nazca, algo tiene que dejar de vivir. Entonces algo de ustedes quedó en el antiguo año, murió, y algo tiene que nacer este año, entonces, hay que dejar nacer esa novedad en ustedes, poder tolerar esa diferencia en ustedes, eso diferente que va a nacer, que quiere florecer, hay que dejarlo.
Y si uno se encuentra con muchas dificultades, es precisamente por sus resistencias a lo novedoso, a la diferencia, al crecimiento, al éxito, o por la culpa inconsciente o por muchos otros motivos. Entonces tiene que hacerse ayudar por el psicoanálisis, puede hacer uso de la herramienta psicoanalítica que está ahí disponible para todo el mundo. Todo el mundo debería psicoanalizarse, dijo Freud, y nosotros insistimos en esa idea. No existen pacientes específicos, ni ideales para el psicoanálisis, ni de un estatus social, ni de una determinada inteligencia, ni de una edad o una belleza o una clase social. Todo el mundo, todo el mundo.
Estamos hablando del comienzo del nuevo año, pero podemos referirnos también al comienzo de nuevos proyectos. Cada vez que uno inicia algún proyecto nuevo, en un principio se va a sentir como un renacer, también es como un rejuvenecer, porque cuando uno comienza algo, lo novedoso, lo desconocido, se siente como un niño de nuevo, se siente como aquel niño que empezaba a leer o empezaba a escribir o empezaba a aprender. Se siente fragmentado frente al otro que sabe. Por ejemplo, empiezas a ir al gimnasio, muchos de ustedes se plantean ir al gimnasio después de la fiesta navideñas a recuperar la forma o un proyecto, aprender un idioma o lo que fuere, entonces, frente al otro que sabe, uno se ve fragmentado, se siente despedazado. Yo no sé nada y el otro sabe mucho. Estudiar psicoanálisis, por ejemplo, o estudiar una carrera, o estudiar otro tipo de estudio. También uno se puede plantear otro tipo de cosas como este año quiero tener una relación de pareja más sana, no discutir tanto con mi pareja o mejorar la sexualidad. Muchas cosas que para que se produzcan hay que tener en cuenta que si no se produjeron antes es porque hay ciertas dificultades, hay obstáculos.
Entonces vamos a trabajar primero sobre esos obstáculos. Vamos a ver qué está impidiendo una transformación personal, está impidiendo un cambio. Bueno hay que trabajar sobre ellos como se trabaja en psicoanálisis y en psicoanálisis no es que elijamos ahora vamos a trabajar sobre estas cuestiones y después vamos a trabajar sobre estas otras. No, cuando el paciente habla libremente en su análisis, que es lo único que tiene que hacer, lo único que está obligado a hacer, solo está obligado a una cosa: hablar libremente, asociar libremente, a decir todo lo que le pase por su mente cuando está en la sesión. Vale y a pagar la sesión claro, son las dos obligaciones del paciente.
Cuando hace eso, el inconsciente se expresa, el inconsciente se manifiesta a través de la conciencia, disfrazado, deformado. Pero eso nos va a permitir, esa información que aporta el paciente cuando habla libremente, nos va a servir de materia prima para
Interpretar lo inconsciente.
Al hacerlo así, al hablar así libremente, lo inconsciente sobredetremina, plantea prioridades. Las prioridades, según habla lo que habla el paciente, es prioritario para él, es necesario hablar de eso para después poder hablar de otras cosas, para poder después llegar a otras cuestiones, aunque parezcan aparentemente cosas nimias, cosas sin importancia, no lo son. Porque detrás de esa tontería, se esconde algo importante.
Así que respetarse a uno, no traicionarse en su deseo, va a ser fundamental para poder iniciar esos nuevos proyectos y digo proyectos, y no propósitos, porque van a requerir de un trabajo permanente. Los proyectos requieren un trabajo permanente, a diferencia de los propósitos, que uno se hace muchos propósitos, va tres meses al gimnasio y después abandona. Los proyectos, son proyectos incluso para toda la vida, cuando son verdaderas pasiones, cuando son verdaderos amores. Eso es lo que prolifera en la vida, las pasiones acompañadas de trabajo. Los amores a una ciencia, a un arte, a un proyecto, a una persona, eso es lo que prolifera. Y eso es lo que se mantiene en la vida y eso es lo que da resultado, lo que tiene efecto.
Permanecer va a ser fundamental. Permanecer en los proyectos va a ser fundamental. Permanecer en el trabajo. Permanecer en el psicoanálisis. Ella dice, es que yo ya llevo cuatro meses psicoanalizándome y …. no pasa nada, la interrupción no significa el final, se pueden interrumpir y se puede retomar.
Freud dice en el caso de los psicoanalistas, por ejemplo, el análisis va a ser interminable. Es decir, para toda la vida. En nuestro caso, como profesionales de la salud, como psicoanalistas, Virginia Valdominos se psicoanalizará toda la vida. Pero eso no significa que todo el mundo se tenga que psicoanalizar toda la vida. Eso depende de cada uno. Decide la persona que viene a psicoanalizarse.
Hay personas que están unos meses en análisis, resuelven el síntoma que tanto les aqueja, que tanta molestia le da y, después, interrumpen. Lícito, totalmente permitido. Y hay personas que permanecen toda la vida en el análisis, igualmente lícito. Entre esos dos polos o puntos de un continuo van a estar todas las posibilidades y diferencias, porque no hay dos psicoanálisis iguales, del mismo modo que no hay dos personas iguales, dos imaginarios iguales. No hay dos psicoanálisis iguales, esto es importante también decirlo, porque es un trabajo absolutamente personalizado el de psicoanalizarse. Y es un trabajo que tiene que hacer cada uno, nadie lo puede hacer por ti. Uno recurre a un analista para que le escuche, para poder psicoanalizarse y ¿en qué se fundamenta esa posibilidad?
Aquí viene toda la complejidad de la ciencia psicoanalítica, que es suficientemente compleja en sí misma como para estudiarla durante toda la vida. Es una ciencia muy compleja la ciencia de lo psíquico. Ustedes pueden ver una situación donde uno habla y el otro escucha, y no dice nada, o apenas dice nada. Solo a veces dice algo.
Pues esa situación tan compleja y tan sencilla a la vez, está sustentada, fundamentada, en toda la complejidad de la teoría del inconsciente. Es una ciencia muy compleja, el psiocanálisis, que requiere un proyecto de por vida, como pueden ser otros muchos proyectos, otras actividades profesionales. Y siempre se realiza acompañado.
Para que estos proyectos puedan realizarse con éxito y ese trabajo pueda ser permanente, uno debe permanecer en ese trabajo que, a veces, es para toda la vida a pesar de las dificultades. A pesar del desaliento, a pesar de los obstáculos, a pesar de las zancadillas que te pones a ti mismo, a pesar de la complejidad de los otros humanos con los que te vas a encontrar en el camino, para poder seguir permaneciendo se necesitan grandes dosis de Salud Mental. Se necesita una Salud Mental bien trabajada, una mente una persistencia en ese trabajo. Y eso es lo que aporta el psicoanálisis.
El psicoanálisis te permite trabajar tu mente. Despierta un segundo cerebro. El psicoanálisis te duplica la capacidad mental, porque te multiplica, te potencia, despierta otro cerebro que habitualmente está dormido, está sedado por la represión, por la censura, por la resistencia, por los mecanismos de defensa, por la ideología dominante, por la narcosis que viene del exterior, por la alienación, por la ceguera psíquica.
Todo eso está narcotizando, está sedando a ese segundo cerebro. Entonces hay que hacer un trabajo, hay que movilizar todo eso. Es como si hubiese que zarandear, a veces es un zarandeo, a veces es ir quitando poquito a poco, como el arqueólogo que se encuentra con unas ruinas de una antigua ciudad o con un precioso tesoro enterrado en la tierra, en la arena en el desierto y tiene que ir poco a poco desempolvándolo, haciéndolo surgir a la luz, quitándole con mucho cuidado todos los restos de arena para que no se dañe. A veces, es así, es un trabajo muy sutil, es un trabajo que depende del paciente, depende siempre de la necesidad del paciente y del momento, porque el paciente en un momento determinado es como que su psicoanálisis avanza muy fuerte, a un ritmo muy alto, muy rápido y en otros momentos va despacito, va lento, porque siempre tiene que ver con esta cuestión, con el núcleo de lo reprimido, con ese núcleo al que nos estamos acercando en el psicoanálisis y que de por sí va a generar, a medida que nos acercamos a él, una especie de fuerza física, sí, la resistencia. Te acercas al imán y, a la vez, te repele. Te acercas con otro imán y hay una resistencia a llegar ahí.
Esto también pasa en lo psíquico, no porque sea algo gravísimo. Si te lo interpretan va a producirse un cambio en tu vida ahora, cuando se interpreta. Siempre parece una tontería o parece que no va con uno, a veces, pero fue algo muy importante para ese
sujeto en el momento que se reprimió, por eso se reprimió, porque era un sujeto infantil, que no tenía todavía herramientas para afrontar esa cuestión, ese conocimiento, ese nuevo saber o ese deseo, ese impulso que venía de su propio aparato psíquico y entonces tuvo que reprimir, como una manera de solucionar, pero ya está fuera de onda seguir con eso reprimido. Ya produce un infantilismo que para la vida real o para tu actualidad de adulto, no pega, no va, te está retrasando en la vida, te está
reteniendo en una posición improductiva para ti. Para ti o para tu pareja, para tu familia, para tus relaciones sexuales, para tus relaciones profesionales, para tu crecimiento en el trabajo. Te está manteniendo en una posición neurótica con algo que ya no corresponde a este tiempo pero que, sin embargo, en tu aparato psíquico se está viviendo como si estuvieses en aquel tiempo, porque el inconsciente no tiene tiempo. Eso ya lo dijo Freud en la primera definición del inconsciente que dio en la interpretación de los sueños: el inconsciente no juzga, no calcula, no tiene tiempo, solo le interesa transformar. Solo le interesa expresarse.
Que no tiene tiempo quiere decir que en el inconsciente conviven todos los tiempos, que pueden convivir contenidos de cuando tenías cero meses, cuando tenías cinco años, cuando tenías 30 años, cuando tenías seis meses… Todo, todo ahí. Y que no tiene tiempo quiere decir que tiene el tiempo del inconsciente que es el aprè coup o futuro anterior, es el tiempo por recurrencia, quiere decir que es ahora, desde la interpretación, es ahora cuando lo interpretamos que sabemos del inconsciente, que sabemos de eso que te está afectando, que está sobredeterminando las cosas que te pasan en tu vida ahora, pero es desde ahora que lo interpretamos en el análisis, por eso, es un tiempo de futuro anterior, desde ahora transformamos el pasado. El psicoanálisis permite estas cosas maravillosas, por eso que es una ciencia nueva, es una ciencia novedosa. Lo que llamamos las ciencias conjeturales, la lingüística, el psicoanálisis, el marxismo, son ciencias que nacen en el siglo XX y que están destinadas a ayudar a ese hombre, a ese pobre hombre del siglo XX y XXI, tan lleno de contradicciones, tan lleno de dificultades que le trae el propio sistema capitalista.
Como consecuencia de eso nacen, dentro del propio sistema capitalista, estas ciencias para ayudar al hombre y la mujer de la época, del siglo XX en adelante, a vivir mejor dentro de ese sistema con todas las contradicciones que nos trae y nos produce vivir en este sistema en el que vivimos, que no se puede negar que vivimos en él y que, entonces, nos tenemos que fortalecer, preparar, agarrarnos a pensamientos fuertes para vivir mejor en este sistema. No negarlo. No hacerse los locos. No ser como un niño que no crece porque no sabe cómo afrontar las problemáticas, o por no tolerar los propios impulsos sexuales u hostiles, y entonces dirigirlos contra uno mismo y atacarse a uno mismo.
Por favor, si ya tenemos herramienta, ya tenemos el psicoanálisis para conocernos mejor para gestionar todas esas cosas mejor. Si ya nos lo dio Freud, nos legó a la humanidad el psicoanálisis. Y Marx nos mostró cómo funciona todo el sistema para que no seamos tan ciegos, porque somos ciegos a nuestra sobredeterminación inconsciente y a la sobredeterminación económica.
No lo podemos ver desde nuestra posición en el mundo. Como sujeto, como individuo, en realidad, no somos individuos, sino dividuos, divididos, pero vamos a decirlo así, como individuos no vemos nada más que hasta donde llega nuestro alambrado. No vemos más allá. Vemos el sol y creemos que el sol gira alrededor de la tierra. Pero no es así. Eso es una ilusión, una mentira de nuestros sentidos, nosotros mismos nos autoengañamos. El sol no gira alrededor de la tierra, la tierra gira alrededor del sol, pero nosotros miramos desde nuestro mundo, nuestra realidad, nuestro pequeño mundo y nos lo creemos.
Son las grandes ciencias, los grandes descubrimientos del siglo XX los que nos alumbran para que veamos más allá de nuestra propia ceguera y que eso nos ayude a vivir mejor los año futuros, a entender las cosas de otra manera, a leer la realidad de otra manera, a conocernos mejor a nosotros mismos y también, de paso, a medida que nos vamos conociendo vamos transformando algunas cositas, vamos cambiando esas cositas que no nos hacen tan bien, o que nos dificulta las relaciones.
Eso que nos hace enloquecer, o que nos asalte la pasión, vivir las cosas con demasiada pasión, las discusiones, las conversaciones, también es una cosa de cantidad. La cantidad es importante, la cantidad de la emoción que ponemos en las cosas, cuando está todo exagerado, o acumulado y explotas. No habla, digo no hablo, no hablo, no hablo, me van diciendo cosas y yo nunca digo. Nunca digo. Nunca hablo, nunca contesto, no sé contestar, voy a contestar y no se me ocurre nada y luego me acuerdo en casa. Le tenía que haber dicho esto, pero el caso que no hablo, no lo converso con nadie, no lo comparto, y luego llega un momento en que exploto y me da una crisis de ansiedad o empieza a salirme una urticaria en la piel o me tengo que pegar un atracón a comer, o me da un ataque… bueno todas esos son cosas que le pasan a un porcentaje muy alto de la población, un porcentaje muy alto que están sin psicoanálisis.
No disponen de ese medio para poder ir pasando por la palabra todas esas cosas que a uno le van pasando en la vida, con un otro que te va a escuchar, con un psicoanalista que no te va a juzgar, te va a escuchar, porque lo importante es que te escuche la función psicoanalítica. Es la escucha lo importante. Es que haya alguien que te escuche, que sabe lo que te está pasando, aunque no te diga nada. Sabe lo que te está pasando, te va a dejar hablar y te va a interpretar, con toda la información que tú le des, te va a interpretar las cuestiones que te pasan inconscientemente y que tú no puedes ver, que eres ciego a ellas.
Somos afortunados. Somos súper afortunados. Seguro que muchos de ustedes ni lo saben. Somos afortunados de vivir en esta época, de disponer del psicoanálisis y de tener al Grupo Cero que dedica muchos, muchos recursos temporales, económicos, y de todo tipo para difundir el psicoanálisis entre la población.
El psicoanálisis te permite hacerte cargo de tu vida. Porque si no, uno va por la vida diciendo “es que no puedo hacer este proyecto” y abandona. No pasa de los dos primeros meses, los tres primeros meses del año con algo. Abandona porque es que los otros, es que le envidian, o los otros es que son malos, o porque el mundo es cruel, la vida es muy difícil, porque no tiene dinero, porque no tiene tiempo, porque es muy difícil lo que está estudiando, porque tiene a los hijos y entonces tiene que llevarlos al colegio, tiene que llevarlo actividades extraescolares, o porque, porque, porque, porque, porque… siempre son excusas, excusas para no hacerse cargo de su propio deseo, para no hacerse cargo de su propia vida. Y, claro, es la manera en que cada persona se relaciona con su deseo lo que va a marcar su posición particular, su posición psíquica particular. Unos huyen de su deseo. Otros lo niegan. Otros lo mantienen insatisfecho porque su deseo es ese, mantener su deseo satisfecho. Otros lo forcluyen. Bueno toda una serie de posibilidades que van a dar lugar, en el uso exagerado de esa manera de relacionarse con el deseo, a diferentes trastornos o enfermedades psíquicas que algunas de ellas pueden ser muy graves.
Lo que estoy diciendo es que todo el mundo debería psicoanalizarse porque son cosas de cantidad que a todo el mundo le pasa y, por tanto, todo el mundo se tiene que cuidar la salud mental. Algunas personas llegan a enfermarse muy gravemente, muy gravemente, por no revisar estas cuestiones, por no cuidar su salud. Y se enferman gravemente de lo psíquico, que también lo psíquico puede enfermar el cuerpo, también la negación del deseo, también la negación de los psíquico, puede llegar a enfermar el cuerpo. Como sucede en las enfermedades psicosomáticas, por ejemplo.
Así que es mejor cuidarse, es mejor psicoanalizarse para poder llevar a cabo esos nuevos propósitos que te planteas para este año. Para poder vivir mejor y para tolerarlo porque claro, luego está cuando uno empieza a mejorar, cuando uno empieza a vivir mejor, a hacer esas cosas que tanto deseaba y, de repente, se deprime, por ejemplo, o no lo soporta y lo tiene que romper una vez que las cosas le empiezan a ir bien. Empieza a hacer de las suyas para estropearlo todo. Eso es indicador de que hay una intolerancia a que las cosas vayan bien. O lo que es lo mismo un fuerte sentimiento de culpa inconsciente, porque la culpa inconsciente lo que hace es que uno no pueda permitirse aquellas cosas que le harían crecer, que le harían vivir mejor, que le harían gozar.
También eso es un motivo de psicoanálisis: la intolerancia al goce. Hay personas que no pueden gozar, les da miedo gozar, lo viven como una sensación… Bueno, a todo el mundo el goce le produce cierta inquietud, pero también psicoanalizarse te va enseñando, o uno va aprendiendo en el análisis, a gozar y, además, de nuevas formas de gozar. Porque hablar y ser escuchado es una de las formas del goce mayores para el ser humano. Hablar y ser escuchado. Fíjense si el lenguaje nos atraviesa, si la palabra nos atraviesa. La palabra nos humaniza. Eso es lo que nos hace humanos y nos diferencia de los animales. Entonces hablar y que alguien te escuche lo que tú hablas y que te escuche para que tú puedas ir transformándote, eso es uno de los goces mayores del ser humano.
Mi recomendación personal para que sus propósitos se conviertan en proyectos es comenzar un psicoanálisis, por el motivo x, es lo mismo. Si después deciden permanecer, dado el potencial que despierta en uno la herramienta psicoanalítica, bienvenido sea.
Virginia Valdominos
Psicóloga y Psicoanalista del Grupo Cero
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