La anorexia es un trastorno complejo que va mucho más allá de la simple restricción alimentaria. Desde el punto de vista psicoanalítico, la anorexia se configura como una expresión de conflictos profundos que están íntimamente relacionados con la oralidad, la identidad corporal y la relación del sujeto con el mundo. Este trastorno no puede entenderse únicamente en términos biológicos o conductuales; requiere una exploración profunda de las estructuras psíquicas que lo sostienen y lo perpetúan.
Histeria: El Asco y la Negación del Placer
En algunos casos, la anorexia se inscribe dentro de una estructura histérica, donde el asco hacia la comida no es solo una reacción física, sino una manifestación simbólica de un rechazo más amplio. La comida, que debería ser fuente de placer, se convierte en un objeto de repulsión. Este asco refleja un conflicto inconsciente con el propio cuerpo y la sexualidad, donde el acto de comer, cargado de connotaciones orales y eróticas, es rechazado como una forma de reprimir el deseo.
La histeria, en este contexto, utiliza el cuerpo como un escenario donde se representan conflictos no resueltos. La comida, entonces, no es simplemente comida; es el vehículo a través del cual el sujeto expresa su rechazo a lo que no puede aceptar en su vida psíquica. La anorexia histérica no es un simple “no comer”, sino un “comer nada”, un intento de vaciarse de deseos y placeres que se perciben como peligrosos o inaceptables.
Melancolía: Apatía y Retiro del Mundo
En otros casos, la anorexia puede ser vista como una manifestación de melancolía. Aquí, el rechazo a la comida es solo un aspecto de una apatía más generalizada que afecta múltiples áreas de la vida del sujeto. La persona melancólica experimenta una pérdida profunda de interés por el mundo, lo que se traduce en una renuncia a todo lo que implica vitalidad: el comer, el disfrutar, el participar activamente en la vida.
El melancólico no solo se niega a comer, sino que se niega a vivir. La anorexia, en este sentido, es un reflejo de un vacío existencial fruto de una identificación con un objeto perdido. La sombra del objeto ha caído sobre el Yo del sujeto. El sujeto no se ve a sí mismo como alguien que merece o desea vivir, porque es al objeto al que se refiere este desprecio por la vida que se materializa en la negación del alimento, que es símbolo de sustento y vida. En la anorexia melancólica, “comer nada” es la expresión de un ser que se retira del mundo para emprender esa lucha con el objeto perdido al que se ha comido para no perderlo. Y ya no hay nada en el mundo que le motive más que eso.
Psicosis: Delirio de Envenenamiento y Ruptura con la Realidad
La anorexia en una estructura psicótica puede estar acompañada de un delirio de envenenamiento, donde la comida es percibida como una amenaza mortal. Aquí, la relación del sujeto con el alimento está mediada por una ruptura con la realidad, donde el alimento es visto no como sustento, sino como veneno. Este delirio trastoca completamente la relación del sujeto con su cuerpo y con el mundo exterior, creando una situación en la que el alimento, esencial para la vida, se convierte en algo mortal.
En estos casos, la anorexia no es solo una falta de apetito, sino una manifestación de un profundo miedo a ser envenenado. El sujeto se protege de un mundo percibido como hostil al evitar el alimento, que es visto como un instrumento de daño. Aquí, la anorexia representa una defensa ante una realidad que el sujeto no puede integrar ni comprender.
La Oralidad y la Identidad Corporal en la Anorexia
La anorexia está profundamente relacionada con la oralidad, la identificación y los trastornos de la identidad corporal. En el psicoanálisis, la fase oral es la primera etapa del desarrollo psicosexual, donde el placer está centrado en la boca y la ingesta. La anorexia puede verse como un trastorno de esta etapa, donde la relación con la comida se convierte en una manifestación de conflictos orales resueltos de modo sintomático.
El rechazo al alimento en la anorexia no es solo un rechazo a la nutrición, sino un rechazo a la dependencia, al placer y a la incorporación del mundo externo. La identidad corporal, en este contexto, se ve gravemente afectada, ya que el cuerpo se percibe como algo que debe ser controlado, negado o castigado. La anorexia no es simplemente una cuestión de peso o imagen corporal, sino una lucha más profunda con la aceptación del cuerpo y del yo.
Anorexia Bulímica: La Relación con el Mundo y el Otro
En la anorexia bulímica, se observa una dinámica aún más compleja. Aquí, el sujeto “come” a los otros, metafóricamente hablando, y luego los “vomita”. Este ciclo refleja una relación ambivalente con el mundo exterior, donde el sujeto primero incorpora al otro (la comida) solo para expulsarlo violentamente después. Esta dinámica puede entenderse como un intento de mantener una cierta pureza o control sobre el propio cuerpo y la identidad, rechazando cualquier cosa que pueda ser percibida como una invasión o una amenaza. Que bien pudiera referirse al deseo del otro, y la aceptación de la diferencia.
La anorexia, en todas sus formas, no es simplemente un trastorno alimenticio; es una expresión de la relación del sujeto con su mundo interno y externo. Es un síntoma que revela profundos conflictos inconscientes, relacionados con la oralidad, la identidad corporal y la capacidad de integrar al otro en la propia vida.
Conclusión
La anorexia, desde una perspectiva psicoanalítica, es un fenómeno complejo que no puede ser reducido a simples categorías médicas o conductuales. Es necesario explorar las estructuras psíquicas que la sostienen para entender su verdadero significado. La anorexia no es solo “no comer”, sino “comer nada”, un acto cargado de significados inconscientes que revelan la profunda lucha del sujeto con su identidad, su cuerpo y su relación con el mundo.
El tratamiento psicoanalítico de la anorexia requiere una exploración cuidadosa de estos conflictos, permitiendo que el sujeto pueda encontrar nuevas formas de relacionarse con su cuerpo, su deseo y su entorno. Solo a través de este trabajo profundo es posible superar la anorexia y construir una vida mejor..
¡Actúa hoy mismo!
Si tú o alguien cercano está luchando con la anorexia, es fundamental comprender que este trastorno no es solo una cuestión de alimentación, sino un síntoma de conflictos internos profundos que necesitan ser explorados y comprendidos. El psicoanálisis ofrece un espacio seguro y especializado donde puedes abordar las raíces de estos conflictos, entender la relación con tu cuerpo y reconstruir un vínculo más saludable con el mundo y contigo mismo.
No permitas que la anorexia siga dominando tu vida. Dar el primer paso hacia el tratamiento psicoanalítico puede marcar la diferencia entre vivir atrapado en un ciclo destructivo o encontrar un camino hacia la recuperación y el crecimiento personal. Te invito a que te pongas en contacto con un psicoanalista y comiences este viaje de transformación. Tu bienestar y tu futuro valen la pena.
Virginia Valdominos
Psicóloga y Psicoanalista del Grupo Cero
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