Noticias en salud mental. 14 de julio de 2021
Tras más de un año de pandemia por el COVID-19 los expertos alertan de niveles record de ansiedad y depresión entre los niños y adolescentes. La extrema gravedad de los padecimientos psíquicos de los más jóvenes y sus familiares han llevado a un alarmante incremento de llamadas por autolesiones, desesperanza, maltratos físicos y violencia psicológica.
Las generaciones más jóvenes de nuestro país a las que deberíamos proteger y cuidar están padeciendo graves problemas que afectan a su salud mental y que si no les ponemos tratamiento perdurarán en el tiempo ocasionando dificultades sociales a todos los niveles.
Las imágenes que vemos diariamente en televisión donde se exhiben comportamientos de violencia, no son más que la expresión de un tiempo donde el ser humano, siervo de sus propias tendencias agresivas, pulsión de dominio y destrucción, está siendo abocado a la expresión sin censura de sus impulsos instintivos más primitivos.
Mientras los estados alientan esos comportamientos desviados y son cómplices de los malos tratos institucionales, dejando la resolución de los problemas de los ciudadanos en sus propias manos, sujeta a la elaboración psíquica que cada persona pueda realizar y que, en la mayoría de los casos, por no disponer de una ayuda profesional, da lugar a soluciones patológicas y sintomáticas que perduran por toda la vida, puesto que la salud mental requiere de la realización continua de un trabajo.
Ya antes de la pandemia por el COVID-19, existía una pandemia que afectaba a la salud mental de la población puesto que el número de suicidios anuales en el mundo en 2019 era de 800.000 y sólo en España se suicidaban 10 personas al día. Lo que nos habla de la necesidad imperante de que todo el mundo se psicoanalice. Todavía no existen cifras de suicidio de 2020 y 2021.
La pandemia del coronavirus y el tiempo de confinamiento ha producido situaciones de tensión en los hogares durante un periodo largo de tiempo, donde han confluido y chocado los conflictos psicológicos y sociales preexistentes de cada generación y miembro familiar estallando en muchas ocasiones en situaciones de violenta intra e interpersonales.
La mejor manera de ayudar es recomendar o acudir a un tratamiento profesional donde toda la familia puede abordar su problemática particular, no solo el menor o joven. Somos responsables de lo que nos pasa, no se trata de tirar balones fuera. Se trata de implicarse en la propia transformación personal para vivir mejor los años futuros. Y transformándose uno, también se transforman sus relaciones. De este modo podemos contribuir a que la salud mental crezca en el tejido social.
Se requieren más profesionales en el área de la salud mental, más psicoanalistas, más psicólogos, médicos y otros trabajadores con formación psicoanalítica para poder atender a toda la población afectada por la enfermedad endémica, que es la enfermedad mental.
Psicoanálisis para todos, una receta que puede conducirnos a la solución saludable y sin medicamentos de muchos padecimientos actuales.
Si deseas que te ayude personalmente puedes contactar conmigo a través del siguiente formulario y te responderé lo antes posible
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