¿QUÉ ES LA DEPRESIÓN?
La depresión es una enfermedad dolorosa donde prácticamente se pierde todo contacto con la realidad. Por su forma de producirse es semejante a un proceso normal no patológico que es el duelo, la diferencia es que en el duelo se ha producido una pérdida real de un objeto amoroso, por muerte, separación, etc. El paciente deprimido, en cambio, ha experimentado una pérdida que muchas veces no es una pérdida real de un objeto o persona, sino que se trata de la pérdida de un ideal. O si bien se ha producido una pérdida real, el enfermo no alcanza a comprender todo lo que ha perdido con lo que perdió.
Una diferencia importante entre la depresión y el duelo es que en la depresión hay un autorreproche: “Soy indigno”, dice el paciente deprimido y aparecen fantasías de ruina y de miseria. El paciente deprimido es el que más riesgo tiene de suicidarse.
Cuando una persona se deprime es porque tiene una gran dificultad para sustituir aquello que ha perdido, su amor (libido) ha quedado fijado a lo perdido porque no acepta perderlo y todas sus demás funciones psíquicas quedan empobrecidas. Los procesos de trabajo también se encuentran imposibilitados encontrando como única solución posible dirigir su agresividad y hostilidad, contra su propio yo sobre el que ha caído la sombra del objeto perdido.
La depresión es una enfermedad psicológica y no biológica. No puede curarse con medicamentos, en algunos casos, incluso, los fármacos pueden empeorar la enfermedad produciendo efectos secundarios nocivos para la salud. Para curar la depresión se requiere un tratamiento psicoanalítico especializado.
¿Cómo detectar si padeces una depresión?
La depresión se caracteriza por los siguientes síntomas:
- Estado de ánimo profundamente doloroso
- Tristeza patológica o humor depresivo. Se expresa como pena, vacío, desesperación, y en casos extremos como falta de sentimientos. En algunas ocasiones puede quedar oculta por otros síntomas
- Pérdida de la capacidad de amar
- Inhibición de todas las funciones para las actividades cotidianas
- Dificultad para obtener recompensa grata de aquello que resultaba placentero. Lleva al aislamiento y a la pasividad
- Apatía que el paciente manifiesta como indiferencia total.
- Disminución del amor propio, lo que se traduce en reproches y acusaciones que se hace el enfermo y que pueden llevarle incluso a una espera delirante de castigo.
- Delirio de empequeñecimiento: el paciente deprimido se acusa públicamente de ser un hombre o una mujer pequeño, egoísta, deshonesto, carente de ideas propias, preocupado en ocultar sus debilidades
- Irritabilidad. Aparece como reacciones de conductas violentas, injustificadas y desproporcionadas. Conduce al aislamiento social.
- Fuerte miedo a empobrecerse o arruinarse
- Pueden aparecer ideas de muerte o de suicidio
- Trastornos vegetativos como astenia, cefaleas atípicas, algias músculo-esqueléticas, pérdida de peso, trastornos digestivos (dispepsia, estreñimiento, pérdida de apetito etc.), trastornos cardíacos (dolor precordial, taquicardia), del equilibrio, o alteraciones del sueño con distintos tipos de insomnio o hipersomnia.
- Depresión somatizada. Es una depresión enmascarada en forma de enfermedad somática. En este caso el paciente no se siente deprimido sino que se siente enfermo.
- Alteraciones sexuales, las más frecuentes: descenso de la libido, disminución de la excitación y retardo en el orgasmo.
¿Cómo detectar si padeces una depresión?
La depresión se caracteriza por los siguientes síntomas:
- Estado de ánimo profundamente doloroso
- Tristeza patológica o humor depresivo. Se expresa como pena, vacío, desesperación, y en casos extremos como falta de sentimientos. En algunas ocasiones puede quedar oculta por otros síntomas
- Pérdida de la capacidad de amar
- Inhibición de todas las funciones para las actividades cotidianas
- Dificultad para obtener recompensa grata de aquello que resultaba placentero. Lleva al aislamiento y a la pasividad
- Apatía que el paciente manifiesta como indiferencia total.
- Disminución del amor propio, lo que se traduce en reproches y acusaciones que se hace el enfermo y que pueden llevarle incluso a una espera delirante de castigo.
- Delirio de empequeñecimiento: el paciente deprimido se acusa públicamente de ser un hombre o una mujer pequeño, egoísta, deshonesto, carente de ideas propias, preocupado en ocultar sus debilidades
- Irritabilidad. Aparece como reacciones de conductas violentas, injustificadas y desproporcionadas. Conduce al aislamiento social.
- Fuerte miedo a empobrecerse o arruinarse
- Pueden aparecer ideas de muerte o de suicidio
- Trastornos vegetativos como astenia, cefaleas atípicas, algias músculo-esqueléticas, pérdida de peso, trastornos digestivos (dispepsia, estreñimiento, pérdida de apetito etc.), trastornos cardíacos (dolor precordial, taquicardia), del equilibrio, o alteraciones del sueño con distintos tipos de insomnio o hipersomnia.
- Depresión somatizada. Es una depresión enmascarada en forma de enfermedad somática. En este caso el paciente no se siente deprimido sino que se siente enfermo.
- Alteraciones sexuales, las más frecuentes: descenso de la libido, disminución de la excitación y retardo en el orgasmo.
¿Cómo tratamos la depresión?
Los procesos psicológicos que dan lugar a los síntomas de la depresión son inconscientes y sólo mediante un tratamiento psicoanalítico podrá actuarse sobre ellos. No importa si lo que dice de sí mismo coindice o no con la realidad, lo que importa es que eso que describe es su situación psicológica. El deprimido ha perdido la propia estimación y debe tener razones para ello. Lo que pasa es que esos motivos son inconscientes.
Mediante conversaciones psicoanalíticas, sin utilizar fármacos, hablando libremente, el paciente podrá poner palabras a todo lo que le está pasando. La psicoanalista escuchará de una manera especializada, pudiendo interpretar los procesos que inconscientemente han mediado en la producción de la enfermedad.
El psicoanálisis permite actuar sobre el núcleo patógeno de la depresión y poner en funcionamiento los mecanismos psíquicos necesarios para la producción de posiciones psíquicas más saludables.
Si piensa que usted o alguno de sus seres queridos padece una depresión el psicoanálisis puede ayudarle. El psicoanálisis es eficaz, no sólo haciendo desaparecer los síntomas de la depresión sino realizando los cambios psicológicos necesarios para que la enfermedad no vuelva a producirse de nuevo.
Beneficios del tratamiento de la depresión:
- Mejorar el estado de ánimo
- Recuperar la capacidad de amar y trabajar
- Recuperar la capacidad de disfrute
- Mejorar las relaciones sociales
- Mejorar las relaciones sexuales
- Aumentar la autoestima
- Aumentar la confianza personal
- Eliminar tendencias suicidas
- Vivir mejor los años futuros
Beneficios del tratamiento de la depresión:
- Mejorar el estado de ánimo
- Recuperar la capacidad de amar y trabajar
- Recuperar la capacidad de disfrute
- Mejorar las relaciones sociales
- Mejorar las relaciones sexuales
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